Hace unos días estaba revisando algunos apuntes sobre el tipo de liderazgo que se aplica en las empresas. Según los académicos existe una gran variedad de líderes en donde podemos encontrar rasgos en común, metodologías e inclusive formas de actuar. Sin embargo quiero ir más allá... ¿qué ocurre cuando el dueño de la empresa tiene una forma errada de mirar el futuro de la organización? ¿qué se hace en estos casos?
En el caso de las grandes compañías se utiliza un enfoque fácil de comprender, que consiste en intervenir la empresa mediante el apoyo de una Junta Directiva o un grupo de asesores que toman las riendas con la finalidad de estudiar todos los pasos a seguir y decidir en forma conjunta, evaluando los riesgos y los posibles beneficios que se generen. Es una decisión compleja pensar que el dueño decide ceder gran parte de su poder y confiar en otras opiniones de un grupo de profesionales.
Pero el fondo de esta publicación es ser capaces de ver los beneficios de contar con una mirada externa, denominemos "asesor" o inclusive "auditor". ¿Qué ventajas ve en esta alternativa?
Analicemos... lo primero es considerar la opinión de un especialista (ya sea financiero, comercial, industrial, o con un perfeccionamiento en específico) para reconsiderar la toma de decisiones. Es bueno sentir que dicha opinión será muy objetiva y se basará en lo que vea durante el período de asesoría. Al comienzo los comentarios serán imparciales y con el paso del tiempo empezarán a contaminarse por la naturaleza de las amistades o empatías que desarrolle.
Un segundo punto importante es que el ente externo aconsejará por mejoras que ha visto exitosas en otras organizaciones, por lo que nos puede servir incluso como un "benchmarking". Por este motivo es más ventajoso trabajar con asesores que además tengan experiencia.
Tercero: los colaboradores sienten confianza -sobretodo los niveles más bajos del organigrama- para contar sobre sus problemas a un desconocido que a un jefe directo en donde saben que quedarán expuestos a ser delatados. Por este motivo el asesor debe ser empático y dejar claramente establecido que todo lo que se comente se mantendrá en completa reserva: ¡esto es muy importante!
Por último, sabemos que al iniciar el trabajo de análisis el externo no se contaminará con facilidad, por lo que puede escuchar todos los descargos y asimilarlos de la mejor forma posible para luego presentar reportes. Una quinta ventaja es que si contratamos a un buen asesor, nos aseguraremos de que él pueda identificar con claridad las Fortalezas y Debilidades del negocio, lo que será de mucha ayuda para evaluar o elaborar la Planificación Estratégica de la compañía.
Hay dos elementos muy importantes que se deben considerar y tener mucha precaución: debemos procurar que el asesor no cohabite durante mucho tiempo con las mismas personas, por lo que tendrá una visión cegada de la realidad. Lo segundo es evitar el crear lazos en especial con la alta dirección; que las reuniones sean por tiempos acotados y que los colaboradores no sientan que el asesor es una extensión de los mismos.
Si logramos seguir estos consejos es muy probable que tengamos excelentes resultados del proceso de Asesoría Externa.