Son muchas las ideas que generamos a diario. Pero no todas los pensamientos son llevados a la acción debido a diferentes motivos: uno que se repite de manera transversal en las personas es el miedo a asumir riesgos.
Cuando hablamos de un emprendedor, tácitamente se considera que él o ella tienen este elemento controlado, y gracias a ello son capaces de realizar acciones concretas para alcanzar sus metas u objetivos.
Hay quienes sostienen que un emprendedor evalúa lo que va a ganar, y resta importancia a las pérdidas ocasionadas por un posible fracaso. En este contexto se puede afirmar que para emprender se debe asumir riesgos (que en la mayoría de los casos son muy grandes) y tener actitud positiva frente a las adversidades. Independiente de la fortaleza del individuo se puede concluir que sea quien sea la persona, si sólo ve las opciones que tiene de fracasar no podrá motivarse para cumplir sus sueños.
Por esto es que se presentan tres premisas que son comunes al momento de evaluar riesgos, es decir pensamientos inmediatos que se crean al momento de proponerse emprender.
Premisa 1: "Deseo controlar todo"
Cuando se vive en una zona de confort o se analizan a personas que son muy planificadas en sus vidas, aparece el deseo de querer controlar todas las situaciones. Esto es básicamente: estar preparado para enfrentar cualquier situación de forma proactiva. Lamentablemente emprender no es algo que se pueda tener controlado... cada día es un nuevo desafío.
¿Qué pensar?: en la vida no existe nada seguro, y por más que a día de hoy esté controlado será imposible poder predecir. El consejo es a dejar este pensamiento de lado y permitir que la vida también nos sorprenda con resultados que no imaginamos.
Premisa 2: "Estoy bien así, mejor continúo haciendo lo mismo"
Un pensamiento poco ambicioso, ya que si se analiza en un caso pesimista lo que se puede perder es: la inversión, tiempo, motivación, entre lo más destacado. Sin embargo los beneficios en temas de experiencia son increíblemente potentes. En países desarrollados se considera mejor a los empresarios que acumulan más fracasos, ya que está inmerso en ellos experiencias más fuertes.
¿Qué pensar?: en todas las experiencias hay mucho aprendizaje nuevo, además de conocer contactos, visitar clientes que potencialmente pueden participar de un nuevo negocio, entre otros elementos. Por tantos siempre lograré estar mejor al ejecutar un emprendimiento o al realizar las acciones que tengo en mente.
Premisa 3: "No quiero perder"
Esto es muy subjetivo, ya que para alguien depresivo o que se encuentra en un estado negativo de su vida pensará en que no quiere perder. Sin embargo si no hay riesgos, tampoco se conseguirá una mejora. Mientras más grande el riesgo, mayor será el impacto de los resultados: un gran fracaso o un éxito rotundo... siguiendo lo que les explico, deberíamos pensar en lo positivo o en lo que podemos ganar.
¿Qué pensar?: siempre hay una pérdida al evaluar la toma de una decisión; si lo hago obtendré un resultado (positivo o negativo), ¿y si lo dejo de hacer? de seguro alguien más lo realizará. Es mejor evaluar las alternativas y tomar decisiones bien informados, de modo que la "pérdida" de cierta forma se puede medir y controlar.