En general cuando se habla de cualidades o características de las personas es que se intenta buscar un parámetro para entender su existencia. Bajo este mismo orden me parece importante definir a título personal si un emprendedor nace o se hace a lo largo de su experiencia.
Lo primero que hay que dejar en claro es que un emprendedor se compone de una serie de virtudes, tales como liderazgo o asumir riesgos en la búsqueda de un objetivo. No es necesario que reúna todas las capacidades, pero si que al menos tenga lo primordial.
Según mi experiencia, hay algo fundamental que es muy difícil de adoptar si no se nace con ello. Me refiero a asumir la existencia de riesgo y saber convivir con ello.
Todos los emprendedores tienen en común que toman desafíos sin hacer un análisis detallado con la lista de eventos negativos que puedan resultar, sino más bien tienen entre ceja y ceja todo lo bueno que pueden conseguir. ¿Cuál es el pensamiento común en la sociedad?... por lo general nos ponemos en el caso de lo que ocurriría si emprendemos. Pensamos en "el qué dirán", es decir en la opinión de la familia, de los colegas, de mi círculo más cercano. ¿Qué dirán si no me funciona?, ¿qué me pasará si obtengo un fracaso?
Pero estas preguntas que planteo son naturales en la mayoría de las personas, y por tanto es muy complejo dejar de pensarlas. Por tal motivo confirmo que la virtud de aceptar riesgos es algo con lo que se nace, pero no podremos cambiar.
Sin embargo existen alternativas para dar mayor seguridad a las decisiones que tomamos, como por ejemplo establecer redes de contacto (o un socio) que sí le guste aceptar desafíos y no piense en lo que va a perder, sino en las múltiples posibilidades de ganar.
Figura: El clásico personaje de Homero en la serie animada de Los Simpsons, representa a un individuo que no tiene miedo a asumir riesgos. Es capaz de cambiar de trabajo (o incluso quedarse cesante) y de reinventarse por el simple hecho de que no piensa en el mañana, sino lo que anhela con gran deseo al momento de tomar una decisión. Obviamente es un extremo de personalidad, pero sirve para explicar el por qué de su comportamiento en este contexto.
La otra visión es que el emprendedor puede que nazca únicamente con sus ganas de asumir riesgos obtener beneficios, pero que no posea gran creatividad, innovación o incluso con conocimientos acabados de un mercado. Todo esto pasa a un segundo plano, ya que el resto de características pueden fomentarse en el tiempo, ya sea con talleres o inclusive coaching. Existen charlas de grupo en donde se crean instancias para aprender técnicas que se aplican en el día a día con tal de potenciar la innovación en un producto o servicio.
En resumen, es probable que quiera emprender con un negocio o una empresa pero siente que no tiene las capacidades para ello. ¿Cuál es mi consejo? Primero debe pensar, ¿tengo la capacidad de atreverme y asumir riesgos? si la respuesta es negativa, entonces le aconsejo que busque a un socio que sí tenga esta cualidad (y aprenda de él).
De lo contrario, entonces piense en sus debilidades y busque instancias para mejorar sus capacidades, como: talleres, cursos o incluso reuniones con amigos o gente de negocios. Esto le servirá para adoptar la posición correcta que le permitirá mejorar como emprendedor.