El Cuadro de Mando Integral (CMI) o el concepto original Balanced Scorecard (BSC) es una herramienta de gestión para las organizaciones, en donde se busca representar gráficamente los objetivos de la empresa y cómo se deben alinear con la estrategia para el cumplimiento de la visión corporativa.
En palabras de Norton y Kaplan, fundadores de esta herramienta, el CMI es "una representación visual de las relaciones causa y efecto entre los componentes de la estrategia de una organización" (Kaplan & Norton, 2009). Por tanto es muy relevante diagnosticar previamente a la empresa, idealmente mediante un FODA o siendo más objetivo con un FODA Sistémico, Cadena de Valor, u otras herramientas de gestión. Teniendo claridad en los factores o procesos que generar valor para el cliente, será más fácil determinar los objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Otro de los autores que define el CMI o BSC es Francisco Amo, quien habla de una "metodología o técnica de gestión, que ayuda a las organizaciones a transformar su estrategia en objetivos operativos medibles y relacionarlos entre sí, facilitando que los comportamientos de las personas claves de la organización y sus recursos se encuentren estratégicamente alineados" (Amo, 2010). Gráficamente se interpreta como:
Para el cumplimiento de cualquier estrategia empresarial, es necesario contar con: el apoyo y la lealtad de los (1) CLIENTES, quienes se demuestran satisfechos con el producto o servicio que reciben; (2) COLABORADORES altamente motivados y comprometidos con la organización; (3) PROCESOS que sean eficientes y eficaces, disminuyendo los productos no conformes y por ende optimizando los recursos; (4) y ACCIONISTAS que buscan aumentar sus utilidades en base a sus inversiones. Si se cumple lo anterior, por tanto estaríamos en presencia de una empresa rentable y que espera un crecimiento sostenible en el tiempo.